Una casa industrializada es un mundo lleno de posibilidades para nuestros clientes y los arquitectos. Ya que permite realizar diseños totalmente personalizados. Por tanto hay una flexibilidad mucho mayor en el diseño de la casa prefabricada que el diseño de una construcción tradicional.
Desde los acabados interiores, la distribución del espacio, el revestimiento exterior, o la propia domótica de la casa. Todo es personalizable, y esto es una gran ventaja a tener en cuenta a la hora de decidirse por un tipo de construcción u otra.
Con las casas industrializadas no se renuncia ni a la calidad ni a la estética. Se puede disponer de ambos conceptos sin elevar en exceso el precio de la vivienda y obtener finalmente la casa deseada.
Además es importante destacar que las casas industrializadas pueden convertirse fácilmente en Casas Pasivas o Passivhaus. Viviendas de alta calidad y que no tienen gasto energético. Es mucho más sencillo realizar una casa prefabricada en casa pasiva que una de obra tradicional.
Además las casas prefabricadas gracias a su gran flexibilidad y versatilidad, permiten adaptarse a las exigencias de cada momento dentro del hogar. La pandemia del covid con las restricciones de movimiento, el teletrabajo y la necesidad obligatoria o no de permanecer en casa ha aumentado la demanda de este tipo de vivienda gracias a sus numerosas posibilidades.
Los arquitectos en las fases posteriores de diseño se sientan con los clientes para modificar cada detalle al gusto del propietario y se dejan puertas abiertas a futuras modificaciones de espacio si fueran necesarias gracias a su sistema modular.
Lo que está claro es que gracias a las casas prefabricadas vemos las necesidades del hogar cubiertas a largo plazo pase lo que pase porque su flexibilidad permite numerosas variaciones y modificaciones vinculadas al cambio que vayamos sufriendo como sociedad o como núcleo familiar. Por ese motivo es importante tenerlas en consideración a la hora de elegir un tipo de construcción u otra en nuestra futura vivienda.
